jueves, 16 de septiembre de 2010

Pasiòn por el clichè


Cuéntenos en www.diariodeuncreativo.blogspot.com cuál es su cliché favorito y gané un espectacular viaje a piscilago con abejas y perro caliente incluido, los ganadores se darán a conocer 31 de febrero del 2011.

miércoles, 1 de septiembre de 2010

Yo soy hincha del sufrimiento


El escándalo que están haciendo los vecinos es demasiado fastidioso, no puedo pensar en absolutamente nada, los mariachis cada momento se escuchan más y la gritadera de mi vecino que se cree la prodigiosa voz de este siglo. Me está generando un dolor de cabeza comparable solamente con la peor de las migrañas o una resaca después de un carnaval (anuncie aquí).

Sé que ellos tienen todo el derecho, sin embargo no puedo dejar de quejarme haciendo una memorable o detestable metáfora de los gritos de mis vecinos; comparándolos con vuvuzélas sudafricanas, ese ruidito futbolístico que supero la cantaleta de cualquier mujer, ese ruido que para muchos significa cultura y para otros tortura.

Mis palabras escritas anuncian que caí en la mala maña de hablar de fútbol, rompí mi”, auto promesa de nunca hacerlo, igual las promesas son para incumplirlas.

Hablar de Fútbol para mí es un tema complicado porque no nací en el país indicado para tener como deporte principal esa lucha de 22 hombres en pantaloneta detrás de una esférica con el fin de meterla en una red. Pero cualquiera en mi situación hubiese escogido lo mejor entre lo peor, pero yo elegí la opción del sufrimiento, soy hincha de: (Anuncie Aquí) ese equipo que de una forma misteriosa me robo el corazón, ese equipo que me hace echar madres y comerme las uñas. No pago ni por el putas un cover de veinte mil ($20.000) para entrar a rumbear pero sí pago $21.000 para quedarme sin voz y en muchos de los casos quedar al borde de una crisis de nervios, lo reconozco, hace un buen tiempo no voy al estadio (ANUNCIE AQUÍ) pero de alguna forma cada domingo sagradamente pienso en (Anuncie aquí) cómo si fuera un amor inolvidable, definitivamente lo que dicen en la película (ANUNCIE AQUÍ) es muy cierto “uno puede cambiar de mujer, de sexo, de casa, de hogar de Dios pero nunca puede cambiar de pasión” (detesto esa palabra por los publicistas que le dieron palo hasta sacarla de mi vocabulario), eso es ser hincha, de (ANUNCIE AQUÍ) experimentar una gran tortura y sin embargo estar preguntando por el equipo al otro domingo, de todas formas cuando ( ANUNCIE AQUÍ) me da una alegría, me siento maravilloso, por eso confieso que estoy enamorado de este sufrimiento

viernes, 27 de agosto de 2010

Reviviendo el sueño peruano


Aun no defino si es un buen o mal recuerdo oír a ese locutor Peruano llamando a los guayos chimpún tampoco si las Vedettes de risas y salsa eran unas completas “hembras” o unas horribles bestias, lo que si tengo claro era la tremenda furia de ver comerciales “Colombianos” transmitidos como Peruanos y al final el interesante concepto de poner el nombre de la agencia.
-¿Qué carajos es eso?
Le preguntaba a mi hermano, (él un poco mas entendido del tema me decía) es el logo de la agencia, ¡pero si son comerciales Colombianos, cópietas! Lo bueno de esto es que fue mi primer acercamiento con el medio” así que puedo decir que la televisión Peruana ayudó a criar un creativo con sus shows estelares, Goles en acción, cine pícaro, el show de los cómicos ambulantes y el inolvidable cine Millonario de frecuencia latina que va para arriba.

Hoy me sigo preguntando ¿cuál fue el problema entre las parabólicas y los canales Peruanos para qué no volvieran a transmitir más su señal?; la nostalgia es grande, me pregunto qué será la vida de Karina y Timoteo, qué si la Chola Chabbuca al fin se murió de Sida. Lo único que me da luces de esa cultura, es el periodista (anuncie aquí) con sus críticas a la política Latinoamericana, la niñita (anuncie aquí) con su sed de chupar tética o la multinacional (anuncie aquí) con sus megas bebidas baratas que nos traen su publicidad con audio original de locutor Peruano. No me parece suficiente, quiero vivir ese instante de infancia así sea un rato y experimentar de nuevo el revivir de ese sueño Peruano.

Prime time


Desde niño soy víctima de un fenómeno nocturno cuyo origen ignoro. Cualquiera pensaría que es como una enfermedad o un demonio exclusivo que solo yo vivo. Pero en realidad este fenómeno todas las noches afecta a cualquier parroquiano (a) que después de trabajar o vagar todo el día, se encuentra con esa bizarra anomalía que deja millones de millones de pesos a demasiada gente, menos a los televidentes ese placentero tormento que los eruditos de los medios llaman prime time.

Las largas horas de novelas, realitys, mas novelas y uno que otro documental (discúlpenme, estoy delirando) en el prime colombiano, no hay tiempo para eso, pero sí para un desfile increíble de balas, culos, tetas e historias que nos hacen reír, nos hacen llorar y otras que nos hacen desesperar.

En este país es más fácil ponerle cachos a la esposa que dejar de ver una novela, en este país el melodrama es una adicción que muy pocos pueden controlar. Así algunos se nieguen, se enterarán en los pasillos de las distintas universidades y empresas por los resúmenes orales que suelen dar: “Yulie que pasó en (anuncie aquí) imagínese que el Roberto le pego a Juan del mar bla bla bla”, esta clase de chismes sobre la ficción se pueden ver en cualquier rincón de nuestra amada Colombia de una u otra forma esto nos ayuda a controlar alguna realidad. Con esto no estoy diciendo que acaben el prime time; solo quiero expresar que todos somos víctimas satisfechas y que al frente de la tv o al lado de los resúmenes que se cuentan, vamos a estar. Sin embargo no puedo dejar de opinar sobre algunas decadencias populares que se pueden observar, en donde al compatriota le cuentan (eso sonó a puro discurso político) que la vida ilegal es fácil de llevar, que una vida ejemplo es vivir de tirar. Eso es lo que siempre resistiré del prime time, que se quiera convertir en una escuela gratuita de estupidez.

jueves, 24 de junio de 2010

Sexy Cliché




La saliva ya no me calma el hambre. Los dolores de estómago son demasiado hostiles, creo que ser parte del club de los anoréxicos no es lo mío, busco un lugar donde comer, igual esto es barrio fino, la popular tienda con sillas plásticas que apestan a pola no se vislumbra por este lugar, lo más cercano es el centro comercial (anuncie aquí) dentro del supermercado (anuncie aquí) me compro un ponqué (anuncie aquí) con una malta (anuncie aquí) me dirijo a las cajas donde me acompañan amables ancianas y una que otra sexy ama de casa.
Pasa el tiempo para darme cuenta que volví a caer en el error de buscar la caja rápida donde siempre ponen a cajeras primíparas, por mas afán que tenga, la decisión está tomada; es hora de tomar una revista (anuncie aquí) para fantasear con sus modelos y ver uno que otro anuncio con el voraz fin de criticarlo pero todo se olvida al momento de ver la feria del sexy cliché, el encabezado de pagina dice: tal modelo bajo las sabanas (que novedoso); tal en la ducha, eso sin mencionar la pobreza de la producción, donde el fondo monocromático preferiblemente blanco domina el entorno visual; igual (anuncie aquí) está hecha para libidinosos como yo, el problema es que yo no trago entero, resulta fastidioso saber que lo sexy se está limitando a la pobreza creativa de la ducha, el carro último modelo y las sabanas
El pecado de la lujuria vende, pero no hay cosa más irritante que a los fieles morbosos, seguidores de esta revista nos estén vendiendo las cosas de la forma más hechiza, como si en este país no hubiesen buenos fotógrafos, productores, publicistas, etc. Voy a concluir que ya estoy muy chocho y más de uno me querrá mentar la madre en los comentarios, cosa que no anhelo. Lo sensual de esta revista nos hace escapar, nos hace emocionar, nos hace comprar. Pero por favor no dejemos que lo sexy acompañe al caballito que le gusta galopar, a los ejecutivos que les encanta hablar y sonreír (cosa rara ver eso), al tremendo escote con alguna marca de repuestos, al bombillito de las ideas, etc. Lo sexy es grande y hermoso no merece la suerte de ser un burdo cliché por el tacaño encanto de abaratar.